Protocolo de Kioto

Protocolo de Kioto

Protocolo de Kioto

El primer gran acuerdo medioambiental de la ONU, que implicó de forma unánime y activa a todos los países del mundo, fue negociado en 1987, en el marco del Protocolo de Montreal. El compromiso fue conseguir la eliminación de los clorofluorocarbonos –causantes de la destrucción de la capa de ozono– y constituyó todo un éxito.

Como consecuencia de todo lo hablado en Berlín en la Conferencia de las Partes en 1997, auspiciado por la ONU y en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, nació el Protocolo de Kioto, conformado por la Unión Europea y 37 países industrializados, menos China e India.

Así, el Protocolo de Kioto es un acuerdo internacional de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático que tiene como objetivo reducir las emisiones de los 6 principales gases de efecto invernadero (dióxido de carbono (CO2), metano (CH4), óxido nitroso (N2O), hidrofluorocarbonos (HFC), perfluorocarbonos (PFC) y hexafluoruro de azufre (SF6)) generados por los miembros firmantes del acuerdo. Además, busca promover el crecimiento sustentable en países en vías de desarrollo.

Si bien el Protocolo de Kioto fue aprobado el 11 de diciembre de 1997, recién fue firmado por la Unión Europea en 2002, aunque no entró en vigor hasta el 16 de febrero de 2005 con la ratificación de Rusia, bajo su paraguas se puso en marcha el primer periodo del acuerdo y el logro de un objetivo concreto: que los países industrializados y las economías en transición redujeran al menos un 5,2% las emisiones contaminantes para el periodo comprendido entre 2008 y 2012 (primer periodo del protocolo) tomando como referencia los niveles alcanzados en 1990. Para la Unión Europea el objetivo fue una reducción del 8%. Sólo vincula a los países desarrollados y les impone una carga más pesada en virtud del principio de "responsabilidad común pero diferenciada y capacidades respectivas", porque reconoce que son los principales responsables de los actuales altos niveles de emisiones de GEI en la atmósfera.

Entonces, para 1997, 84 países firmaron el acuerdo, y 46 lo ratificaron; de los grandes emisores solo se adhirieron la Unión Europea y Japón, mientras que China, Australia y Estados Unidos decidieron quedarse fuera. Para el año 2001, ya eran más de 180 las partes. La ratificación de Rusia permitió que el Protocolo de Kioto entrara en vigor en el año 2005. La vigencia del Protocolo de Kioto requería que al menos 55 países lo aceptaran, aprobaran y ratificaran y, además, que entre estos lograran sumar el 55% de las emisiones de carbono producidas por los países desarrollados.