Hidrógeno verde: el combustible del futuro

Hidrógeno verde: el combustible del futuro

Hidrógeno verde: el combustible del futuro

¿Por qué el hidrógeno puede ser tan fundamental para la descarbonización? Básicamente porque, además de ser un insumo relevante en muchas industrias (por ejemplo, para fabricar fertilizantes o margarina), es un vector energético (transporta energía producida por otras fuentes) y puede funcionar como combustible alternativo a los fósiles, liberando agua en lugar de dióxido de carbono.

Algunas claves para entender el combustible del futuro

1- El hidrógeno como combustible.

El hidrógeno no existe libre en la naturaleza. Para usarlo como combustible hay que fabricarlo mediante la electrolisis: se aplica electricidad al agua para separar las moléculas de hidrógeno del oxígeno. Esta tecnología se usa desde hace décadas, pero todavía es cara y poco eficaz.

2- ¿Verde?

El hidrógeno lleva el "apellido" del origen de la electricidad que se usa para fabricarlo: azul o gris (de gas natural) y hasta negro (de carbón). Todos éstos producen CO2 al generarlo. Verde es el que utiliza como origen de la electricidad las energías renovables, como la solar o la eólica.

3- Descarbonización ambiental

Si se quiere cumplir el objetivo de emisiones cero de CO2 para el año 2050, usar hidrógeno como combustible puede descarbonizar sectores que son muy complicados de electrificar, como los aviones o los barcos, además de las industrias química y siderúrgica.

4- Ventajas Medioambientales

Al fabricar hidrógeno verde sale vapor de agua, cero emisiones de CO2. Además, el suministro es seguro, porque el hidrógeno se conserva tanto en gas como en líquido. Al poder almacenarse a largo plazo y en grandes cantidades, facilita el uso de las energías renovables.

5- Desventajas

Los costos. El verde es ahora 2,5 veces más caro que el gris. Los optimistas creen que en diez años podría ser competitivo. Dependerá de lo que se avance en investigación, del precio de las renovables que se usan para fabricarlo y del coste de los competidores, el diesel o el gas natural, ahora disparados.


El proyecto Pampas

Durante la pandemia, Fortescue recorrió más de 50 países para analizar las posibilidades de fabricación de hidrógeno "verde". Argentina destacó por su gran potencial en energías renovables. El Proyecto Pampas -como se denomina al que se radicará en Río Negro- tuvo como condición fundamental la existencia de excelentes vientos en la Patagonia, los cuales permiten generar energía eólica a costos competitivos.

El proyecto consiste en instalar cientos de aerogeneradores (popularmente conocidos como "molinos eólicos") en la provincia de Río Negro, y generar de este modo energía eólica, que luego será utilizada para el proceso de electrólisis. Una vez obtenido, el hidrógeno será exportado.